El filósofo André Malraux definió a Buenos Aires como “la capital de un imperio que nunca existió”.
Quizás se deba esto a la opulencia de algunas de las construcciones de esta ciudad de Argentina.
Aquí te contamos sobre tres que no todos los turistas llegan a descubrir.
Gaudí en Buenos Aires
El estilo del memorable arquitecto catalán Antoni Gaudí también puede hallarse en algunas construcciones de la capital “porteña” –como se denomina coloquialmente a la ciudad de Buenos Aires–.
Una de ellas es la ubicada en Avenida Rivadavia 2009 y Ayacucho.
Su punto focal es la cúpula de la esquina, con 952 piezas de vidrio que brillan a la luz del sol.
El edificio es de comienzo del siglo XX y fue construido por el arquitecto Eduardo Rodríguez Ortega.
En 1999, en una restauración, el arquitecto Fernando Lorenzi hizo agregar justo en la base de la cúpula la frase: “No hi ha somnis impossibles”. En catalán, significa: “No hay sueños imposibles”.
Para llegar se puede optar por caminar: son 17 cuadras desde la Plaza de Mayo, un punto central de Buenos Aires. En subte –nombre que recibe el metro o tren subterráneo–, pasa muy cerca la línea A. En colectivo, se recomienda la línea 86.
En taxi, desde el mismo punto de partida se demoran unos 8 minutos.
Buenos Aires y su “Casa mínima”
No muy lejos del edificio de Rivadavia 2009, se halla la “Casa mínima”, “Casa del filo de navaja” o “Casa del esclavo liberto”.
Es del siglo XIX. Tiene un frente o ancho de 2,50 metros.
En general, las casas de Buenos Aires poseen un frente de 8,66 metros.
El ancho de esa pequeña casa surge porque era parte de la que se halla justo al lado.
Cuando formaban una sola propiedad, dice la leyenda, su propietario poseía un esclavo. Al dictarse la ley de liberación, retribuyó a esa persona con una fracción de su inmueble.
La casa se encuentra en pasaje San Lorenzo 380.
Llegar a ese lugar es sencillo. Caminando, desde la Plaza de Mayo hay 10 cuadras de distancia que se recomienda cubrir por la Avenida Paseo Colón.
En metro, se debe tomar la línea C y en colectivo, las líneas 93 y 152.
En taxi, desde el mismo punto de partida se demoran uno 5 minutos.
Un emblema de la arquitectura inglesa, en Buenos Aires
En el otro extremo de la ciudad se halla “La Colorada”.
Esta construcción fue bautizada popularmente así debido al color rojo o colorado de sus ladrillos.
Es un edificio de departamentos en esquina, de estilo neoclásico inglés. Lo ideó el arquitecto e ingeniero Regis Pigeon en 1911.
Una de las unidades la ocupó él y el resto las alquiló al personal de alta jerarquía de empresas ferroviarias del Reino Unido –como Ferrocarril Central Argentino–. Por esa época se encontraban en el país para el tendido de aquella vital red de transporte.
Los ladrillos llegaron desde el Reino Unido en los barcos que salían vacíos desde ese país hacia Argentina para cargar granos. El ingeniero tuvo la idea de aprovechar ese espacio vacante.
También las rejas de las ventanas, las aberturas, los balcones y lo pisos de pino tea de cada departamento llegaron en esos buques. Y hasta la marquesina que corona el ingreso por la calle Cabello 3791.
Arribar a “La Colorada” es sencillo.
Desde el Jardín Botánico, caminando son 15 minutos por la Avenida Las Heras hasta República Árabe Siria, y desde ahí son 2 cuadras hasta Cabello. En colectivo, hay que tomar uno de las líneas 59 o 60 cerca de ese Jardín, y descender en Avenida Las Heras y República Árabe Siria. En taxi, se demoran unos 5 minutos para hacer el mismo recorrido.
Tres datos adicionales sobre estas construcciones y Buenos Aires
El primero: los tres inmuebles son de propiedad privada y no es posible visitarlos interiormente.
El segundo: a Buenos Aires también la llaman Capital Federal, Capital, Ciudad de Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires y CABA. Es bueno saberlo para evitar dudas y confusiones.
El tercero: como en todo recorrido por un país o una urbe que no se conoce del todo y estando lejos de casa, siempre es buenos contratar con antelación un seguro de viaje.