En Rumania, un país de Europa del Este, se mantiene tradiciones muy arraigadas en su cultura.
Los rituales y las festividades representan más que una celebración de la identidad nacional: son entendidos como una celebración a la vida. Por eso, no es extraño ver en cualquier momento del año gente vestida con trajes de épocas anteriores y carros tirados por caballos.
En el mes abril de tiene lugar un evento emblemático: se trata del desfile de Brasovului Juni, protagonizado por numerosas personas y disfrutado por cientos. Si quieres saber más sobre ese encuentro que se repite año a año, aquí te lo contamos.
Desde el siglo XIV
Este desfile es tradicional particularmente en la ciudad de Braşov. Es un evento cuyas raíces son antiguas y fue transmitido de generación en generación.
Los primeros habitantes de la ciudad, que se asentaron en el barrio llamado Schei en el siglo XIV, fueron los creadores de ese gran encuentro. Particularmente, la festividad significaba una alabanza al renacimiento de la naturaleza, la victoria sobre el invierno y el comienzo de un nuevo ciclo. Además, esta tradición tenía que ver con la iniciación militar de los jóvenes: los Juni, cuya traducción sería “hombres jóvenes y solteros”.
Para el desfile, se forman tres divisiones, dirigidas por un líder llamado vătaf que se encarga de cada una. Hay distintos tipos de divisiones, y todas tiene un atuendo particular: los Juni Tineri —que son los jóvenes—, los Juni Bătrâni —los Juni mayores, ahora casados y que acompañan el desfile—, y otras.
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La tradición dicta que cada uno de esos grupos de Juni se reúna, ya engalanados con el traje tradicional de su división, monten sus caballos y recorran toda la ciudad. El evento se extiende desde las 10 de la mañana hasta el final del día.
No es una casualidad que este evento coincida con muchos otros de los países vecinos, por la misma época. Sucede que la salida del invierno es un momento especial y festivo para sus habitantes, sometidos a un invierno que suele presenta temperaturas extremas.